La placa


Las naves espaciales portaban, en sus viajes, una serie de informaciones esenciales para que los extraterrestres pudieran llegar a conocer, de un «vistazo» o snapshot, quienes sómos los terrícolas.

Las plaquetas de la Pioneer allá por 1972 mostraban mensajes de este tipo:

La civilización sintetizada en la placa por Carl Sagan y Franz Drake se expresaba a sí misma con:

  • la imagen de la sonda con el único fin de dar proporción a las dos figuras humanas dibujadas delante, una femenina y otra masculina.
  • a la izquierda, un haz de líneas que parten radialmente de un mismo punto. Ese punto es el planeta Tierra, las líneas indican la dirección de los púlsares más significativos cercanos a nuestro sistema solar y en cada uno, en sistema de numeración binario, la secuencia de pulsos de cada uno. Este apartado constituye nuestra «dirección» en el universo. Una civilización técnicamente avanzada, con conocimiento de los púlsares, podría interpretar la placa.
  • en la parte inferior se representa un esquema del sistema solar, con los planetas ordenados según su distancia al Sol y con una indicación de la ruta inicial de la Pioneer 10.
  • arriba del todo, a la izquierda, se muestra, también con indicaciones en sistema binario, el spin de una molécula de hidrógeno, el elemento más común en el universo.

Yo no soy Carl Sagan, pero si tuviera que diseñar la placa, pondría en su lugar dos vídeos que en mi opinión sintetizan bien la situación 2011:


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7 respuestas a La placa

  1. Amaya dijo:

    🙂 jajajajajjajajaj

    • noeseso dijo:

      Veo que te encanta volver

      • todo y nada dijo:

        Para volver hay que partir primero. A estas mismas horas hace ya 20 años, el dia de San Antonio, tal vez porque mi madre le rezo mucho, dije Si, quiero.. Lo jice antes las leyes de los hombres
        Hoy, sin embargo digo Adios. y celebto la pattida. Apartir de ahora, seran las leyes divinas las que testifiquen mi andar.

        Total, 20 años no es nada.

        censurelo, por si las moscas.

      • noeseso dijo:

        Aprobado, aprobado.
        Es más, notable, diría yo.

        Ni un pelo se nos mueve sin que «las leyes divinas» lo testifiquen.
        Y si ese pelo no existiera, las leyes tampoco existirían.

        Así que ojo al pelo.

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